Homilies Alive
Spanish Homilies
Vigésimo Domingo del Tiempo Ordinario
August 20, 2006
Homily Code: ST-94
Me
pregunto cuántos de ustedes de la cantidad de Católicos que no creen en
la Presencia Real de Jesús en la Eucaristía.
Pues bien, ¿de qué porcentaje
creen que se trate? 10%, 20%, 50%.
Encuesta tras encuesta nos han mostrado que más del 67% (es decir, dos
terceras partes) no creen que Jesús
esté realmente presente en la Eucaristía.
Es probable que ese número no represente mucho para algunos pero si nos
muestra una ignorancia profunda de parte de los laicos Católicos.
Para mí, esto nos indica una enorme falla en los programas de catequesis
dentro de nuestra Iglesia. Una nota
más seria aún, que también causa una profunda tristeza, es la de que muchos
católicos han perdido de vista la verdad más central de nuestra feque
Jesucristo se da asimismo a nosotros en la Santa Comunión.
El no se siente satisfecho con tan sólo enviarnos un mensaje o un recordatorio de su persona.
El realmente se nos da a asimismo en la EucaristíaCuerpo y
Sangre, Alma y Divinidad.
¿Pueden ustedes creer eso? Qué
gran regaloDios literalmente se nos day 67% de nosotros no lo creemos¡asombroso!
Pues bien, sin importar lo que la gente pueda decirles, hoy estoy aquí
para decirles que Jesús está presente en la Eucaristía.
Por lo que ustedes se preguntarán ¿cómo yo, un simple diácono, puede
probar esto? Porque Jesús
dijo que Él está literalmente y actualmente en la Eucaristía, por eso. San Cirilo nos dice, No duden el saber si esto es verdad,
mejor reciban la palabra del Salvador en fe, y siendo Él la verdad, no
puede mentir.
En el evangelio de hoy, Jesús dirige unas palabras duras y provocadoras.
Como hemos escuchado en semanas recientes, Cristo está recorriendo el velo
sobre la verdad de Su divinidad. La
gente tenía (y tienen) que tomar una decisiónun sí o un no a lo que Jesús
tiene que decir. No puede haber
espectadores sólo desde la barrera. O
comemos su carne y bebemos su sangre y con ello tenemos vida eterna en el
cielo o simplemente no lo hacemos y nos pasamos el resto de nuestros días en la
eternidad separados de Él. La opción
es nuestra y de nadie másnadie puede tomar esa decisión por nosotros.
Para mí, no es un a decisión. ¿Qué
tal para ustedes? Cuando me
encontraba en mi proceso de conversión, muchos Católicos liberales me dijeron
que el creer en todos los dogmas de la fe y doctrinas de la Iglesia no era
realmente necesario para ser Católico. Básicamente me dijeron, Sólo cree
lo que tu crees y todo lo demás estará bien porque Jesús es un Dios de amor y
Él lo entenderá. Para esta gente lo único que vale es su sinceridadsólo
se sincero.
Observé
a esta gente y les dije, ¿Ustedes pretenden decirme que todo lo que se
requiere para ser Católico es solamente ser sincero? Por lo que yo también
les dije (y ellos tenían conocimiento de mis origines judíos) que Adolfo
Hitler fue sinceroél sinceramente creía que cualquier Judío o gitano o
cualquier persona de colorcualquiera que no fuera de la raza Aria sería
considerado como una peste que debería ser eliminado. Tiene
que haber más que sinceridad para ser un seguidor auténtico de Jesús.
También
le pregunté a esta misma gente si en algún momento creyeron en la
Presencia Real de Jesús en la Eucaristía.
Alguno dijeron que si pero la mayoría de ellos dijeron que
realmente no importaba lo que uno creyera sobre la Presencia Real.
Después de todo, dijeron, lo importante es ser sincero contigo mismo.
Además de todo esto, insistieron en que no era una buena idea el
estresar la Presencia Real enfrente de alguien que no es Católico.
Ustedes ya lo saben, ¡el Ecumenismo!
Mi respuesta para ellos fue la siguiente, Si yo creo en la
Presencia Real de Dios en la Eucaristía, yo mismo me encaminaría de rodillas
sobre vidrio roto para recibirlo, no sólo para recibirlo sino también para
demostrarles todo esto a cada uno de ustedes.
No tengo que decirles la miradita que me echaron como si me hubiera
vuelto loco.
Así que es, ¿cómo ven ustedes la Eucaristía? ¿Realmente es el
centro de nuestras vidas? Si realmente creen que Jesús es Dios, recuerden pues
que Jesús no puede mentir y Él nos dijo que está realmente presente.
¿Se encaminarían de rodillas por el pasillo sobre vidrio roto para
recibirlolo harían?
Permítanme platicarles sobre uno de mis héroes y su creencia en la
Presencia Real de Jesús en la Eucaristíael Arzobispo Oscar Romero de San
Salvador. En el año de 1977,
cuando fue consagrado arzobispo, el era un sacerdote callado y tradicional.
De hecho, lo era tanto, que el gobierno secular celebró su instalación
ejecutando a varios sacerdotes y otros activistas socialistas. Estas ejecuciones
se convirtieron en la epifanía del nuevo arzobispo.
El Arzobispo Romero comenzó a ver a los pobres desde una luz muy
distinta e hizo uso de su posición en la Iglesia para luchar en contra de la
injusticia del supremo gobierno. De hecho, una de sus frases sobre la Iglesia en
San Salvador durante ese tiempo fue, la Iglesia se encuentra donde debería
estarcon la gente rodeada por lobos.
Como Jesús, el Arzobispo Romero se gano el odio y el temor del gobierno.
La sombra de la cruz comenzó a caer sobre su vida y la vida de su ministerio.
Ni siquiera la presión del gobierno pudo detenerlo de proclamar la
Presencia Real de Cristo tanto en la Eucaristía como en los pobres.
El 24 de Marzo de 1980 (mil novecientos ochenta), el Arzobispo Romero se
encontraba celebrando Misa en la Capilla del la Divina Providencia en San
Salvador. Y cuando elevaba la Hostia y pronunciaba las palabras, Esto es mi
Cuerpo, que será entregado por vosotros, se escuchó un disparo de rifle que
traspasó el corazón del arzobispo y murió sobre el altar, un mártir de
Cristo. El Arzobispo Romero se
convirtió en la Eucaristía ese día. Como Jesús, el Arzobispo Romero
derramó su sangre por nosotros. Como Jesús, él se convirtió en un mártir de la verdad y
un profeta de la justiciaal igual que Jesús.
Si un hombre ordinario como el Arzobispo Romero fue capaz de dar su vida
alegremente por su fe en la Presencia Real de Jesús, ¿qué estamos haciendo nosotros
para vivir por ella?
Como lo mencioné anteriormente, ha habido una falla en la catequesis.
Estoy seguro que existen millones de razones del por qué, pero para mí,
la razón principal es esta. Nosotros,
como Católicos, no hemos sabido apreciar la Eucaristía como es debido.
Recuerden su Primera Comunión. ¿Recuerdan
como se sintieron? Ahora que han crecido, ¿todavía guardan el
mismo sentimiento de reverencia profunda por la Eucaristía?
Si no, aquí les va un consejo. En
unos cuantos minutos, conforme se acercan por el pasillo, concéntrense en lo
que está por suceder. Están a
punto de verdaderamente recibir a Jesucristo mismoel mismo Cristo
quien murió en la cruz por nuestros pecados y resucitó de entre los
muertos. Él es el mismo Jesús que
vendrá de nuevo para juzgar a vivos y muertos en el Último Día.
Ahora, si eso no les dice nada, no encuentro nada más que pueda
hacerlo.